una ratita sería la futura esposa del principe, pero debía seguir las pautas que establecía la tradición. Ella pese a no pertenecer al mundo al que queria ingresar, fué superando las pruebas...
jueves, 15 de julio de 2010
“El Diablo de barba verde” La protagonista se liberará del ser oscuro (el diablo verde que quiere convertirla en su esposa) tomando un rol activo y protagónico, contando con la ayuda de su Sí Mismo que aparece bajo la forma de un animal guía, su caballito de batalla.
interpretacion 2
(en la noche de bodas ella
escapa con la ayuda de su caballito de batalla, pese a los esfuerzos del diablo y sus amigos...)
miércoles, 14 de julio de 2010
Las ciudades Sutiles- Armilla(Las ciudades invisibles, Italo Calvino )
"Las ciudades sutiles. 3
Si Armilla es así por incompleta o por haber sido demolida, si hay
detrás un hechizo o sólo un capricho, lo ignoro. El hecho es que no tiene paredes, ni techos, ni pavimentos; no tiene nada que la haga parecer una ciudad, excepto las tuberías del agua que suben verticales donde deberían estar las casas y se ramifican donde deberían estar los pisos: una selva de tubos que terminan en grifos, duchas, sifones, rebosaderos. Se destaca
contra el cielo la blancura de algún lavabo o bañera u otro artefacto, como frutos tardíos que han quedado colgados de las ramas. Se diría que los fontaneros terminaron su trabajo y se fueron antes de que llegaran los albañiles; o bien que sus instalaciones indestructibles han resistido a una catástrofe, terremoto o corrosión de termitas.
Abandonada antes o después de haber sido habitada, no se puede
decir que Armilla esté desierta. A cualquier hora, alzando los ojos entre
las tuberías, no es raro entrever una o varias mujeres jóvenes, espigadas,
de no mucha estatura, que retozan en las bañeras, se arquean bajo las
duchas suspendidas sobre el vacío, hacen abluciones, o se secan, o se
perfuman, o se peinan los largos cabellos delante del espejo. En el sol
brillan los hilos de agua que se proyectan en abanico desde las duchas,
los chorros de los grifos, los surtidores, las salpicaduras, la espuma de las
esponjas.
La explicación a que he llegado es ésta: ninfas y náyades han
quedado dueñas de los cursos de agua canalizados en las tuberías de
Armilla. Habituadas a remontar las venas subterráneas, les ha sido fácil avanzar en su nuevo reino acuático, manar de fuentes multiplicadas,
encontrar nuevos espejos, nuevos juegos, nuevos modos de gozar del
agua. Puede ser que su invasión haya expulsado a los hombres, o puede
ser que Armilla haya sido construida por los hombres como un presente votivo para congraciarse con las ninfas ofendidas por la manumisión de
las aguas. En todo caso, esas mujercitas parecen contentas: por la mañana
se las oye cantar."
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